La realidad no está simplemente allí

Se demora el verano y aquella tarde que ruboriza el ánimo
con la camisa abierta.
La realidad me confunde.
Ahora el frío acaricia los pies y el sudor que corre por dentro de la piel, no brota.
¿Acaso no tengo una realidad, sin robársela a nadie?
A la piel le incomoda este zapato electrizante
y se rinde y encueva en la sombra.
Es cierto que tengo que ir y saber de otros.
Este frío no es la realidad.
Es el verano.
Lo real es lo que no es mentira. Punto.
De la índole que sea.
Ahora el frío me entumece las ganas.
No se puede saber nunca hasta cuándo y hasta dónde miente.
Yo también
miento a todos, y me voy con la lupa y el corazón sereno.
La realidad siempre tiene esa solemnidad que uno no entiende.
Se presenta
como un féretro en medio del camino y asusta a más de uno.
Un susto de sol.

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