Mientras juro

Mientras juro con asco no probar la carne de pollo, me figuro al animal 
estirando con gracia el cuello en seguimiento de algún instinto que no entiendo, 
en el patio de la casa rodeada de pollos, gallinas, gallos, fornicando, 
rivalizando, ágiles tras un grano de maíz, 
calculando con ojo comiquísimo la rama de la mata de mangos, 
el sol aún de testigo, donde irían a descansar la curiosidad por los sonidos.
Pollos animales.
Mi dieta animal.
Y mi instinto.
El pollo tras la cocción tiene un olor de infierno. 
De castigo, de rumbo tomado.
Rastreo con el tenedor.

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