Más complicado que acertar











Aquí estoy contigo, Ismael; muerto, te visto.
Has dejado el tiempo que desde antes de nacer me había pertenecido.
Nadie puede con el tiempo, nadie lo encapsula: naciste y te moriste, 
como si no hubieras nacido.
Al nacer no preparaste nada para dejarme, empero, 
aquí estoy a tu lado, y sobre tu cadáver me rindo,
sobre tu muerte desahogo mis penas y acaricio el llanto. 
Sufriste
sin imaginar ni una vez la estrechez del momento,
sin pretender que la luz que te dio la vida se apagara.
Vine a llorarte. 
A que te consuele el nacimiento de mi pena,
y que desapareciendo en la urdimbre eterna,
te reemplace.



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