Fatiga


Amanezco con el resuello dejándose caer en lo más distal de las extremidades.
Ahí forma un lago estancado de habilidad para encaminar propósitos.
Asumo bien al aire, la esperanza de que el oxígeno
fortifica a los que se definen derrotados,
agazapados detrás del túnel sin la más mínima, elemental actividad que les sorprenda.
Ahora tengo que entrometerme con el día,
sin saber qué exigirá a mis fibras,
a mis conexiones neuronales sin aceite ni vigorizantes.
De seguro se vencerán algunos obstáculos con esfuerzos adrenalínicos,
pero la sombra mía se ajustará a la silla,
decepcionada, esperando que el día pase.

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