Amo











Amo a la naturaleza obstinada en ofrecer colores, 
su abundancia de sesgos y cortes. 
Le amo la incandescencia que despierta en el mar, 
el ala oblicua de la ola haciéndose visible entonces. 
Odio el tinte opaco que resulta de eso. 
Y darle tablas al mar,
sentir que las pueden partir lo máximo de la ola, 
que siempre bajan a lamerse aberturas en la inquieta arena.
Yo soy el Caballero de Opaca Armadura, 
átenme pues al mar.
Las olas están cansadas.
Valen mucho, tablas. 
Aguántense de mí.   



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