La historia










Hay que analizar despacio.
Primero vino la historia, es decir, el brinco que dio, el primer día. 
Luego, podemos ver si irrumpió como esperaba o si - mucho más lento esto, por favor-, 
no esperaba nada. 
Hay gente que salta porque se cansa de las cosquillas que le hacen sus elásticos,
y se afilian desde la misma altura, o en la meseta del arranque, a la vida de los demás. 
Y uno empieza a analizar, muchos años después. 
La tendencia es a armar sentidos que ya han echado raíces. 
Pero lo cierto es que nadie puede desprenderse de su historia, 
ni los de la mala memoria pueden creerse a salvo. 
Por eso me detengo ante la historia, que sigue empujando. 
Hay que analizar. 
El brinco de seguro pasó. Sin dudas. Aquí está. Y si seguimos, más despacio: irrumpió. 
Más despacio, más, casi derritiendo la mente en lontananza, 
bien despacito,
vemos
que esperaba.

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