Musa

Obra de Frantisek Kupka














Mi musa vive en un lugar entre el estómago y la respiración. 
Si quiero que venga, desinflo la barriga, sin aire hasta el último escondite y entonces, respiro. 
Inmediatamente aparece la musa. 
No es atractiva. No tiene rostro, ni cuerpo. Aparece contoneándose, 
buscando espacio, serena y prepotente y toma mis manos y las pone a recorrerme adentro, 
en el trecho desde dónde terminó la respiración 
hasta donde empieza a salir un pensamiento. 
Y yo sé que es un pensamiento porque mis manos se detienen y lo dejan pasar, 
el pensamiento se cree libre y si mis manos son hábiles, si es ese día, ese momento, 
es aquel que tiene vigor, lo atrapa. 
No es un verso lo que sale, ahí se queda el verso, ahuecado resollando bajito
y un papel, si aparece un papel en esos segundos, lo refleja.

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