Ya salieron los versos
Ya salieron los versos a la palestra,
quiero decir, fuera de mis evaluadores.
Se lanzaron desprotegidos al sinsabor.
Les echo de menos ya la pertenencia.
Sé que no tendrán que dar tantas explicaciones porque están llenos de rodeos,
pero más de uno los mirará con sorna, suspicacia,
con escepticismo sin llegar a la doblez.
Salieron al carnaval.
Salieron al carnaval.
Los fiestantes van vestidos con sus trapos colorados,
y al sonar las banderillas, los versos sólo ven esos rizos que hacen de la luz y el color,
asuntos tan crípticos.
Estuve en el jolgorio.
Yo veía a los versos míos pegados sin gracia a las paredes, estáticos,
listos al diente y a las reverencias,
con un desencanto estrafalario.
No me queda claro si debí haber hecho algo distinto con ellos.
No me queda claro si debí haber hecho algo distinto con ellos.
Allí estaban algunas emociones posibles, incluso algo en contra de ellas,
sometidas a disfrutar del espectáculo, fatuidad con fatuidad.
Tal vez ahora, la respiración que les nace inequívoca se les nota,
y desde la hipoxia, vivir es una resignación ética.
No sé.
El circo.
Payasos repetitivos dan vueltas alrededor.
Parvos, mis versos saben que son míos.
Yo les veo sus cicatrices, heridas a medio olvidar que les conozco.
Los payasos no saben cómo salir airosos de las murumacas.
Es el circo de siempre, sus mismos resabios.
Los amarres, esas sogas con que los orquestadores comienzan la función,
podrían asustar a mis versos que al saberse con vida,
se mezclan melosos con los asistentes.
Por ratos lucen tan presuntuosos que me desentiendo de ellos,
y sus piruetas salivales apenas pueden reclamar paternidades.
El circo está hecho de forma tal que cualquiera podría pensar que es sólido,
no a merced del viento: mis versos
no notan el precio serpenteando, cabizbajo.
Ya están afuera de mi atoro y este atasco no es solo mío.
Ahí van por entre los fiestantes sin saber para qué.
Han salido de mí con la fiebre,
el resquemor de que adentro no caben vanidades
y puede que lo hayan estropeado todo.
Casi no puedo ver la palestra.
Casi no puedo ver la palestra.
Cualquiera puede pasar y decir.
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