Lectura




No hay más que recuperar aquellos días tiernos en que nada podía ser más importante que leer.

Tirarse en cualquier sitio y perderse por horas tras el mundo de un escritor.

Tomar el libro y añadir una categoría de secundario a lo demás.

Cómo hacerlo ahora cuando todo parece urgente

y llevo leyendo a Lawrence, más de un mes.

Me salgo de su él con una facilidad que le lastima y estropea,

y resuelvo: a partir de hoy el libro. Pero no sé.

Las distracciones, esa inercia a continuar con la mente en blanco,

la probada exclusividad de mis fumigaciones.

No hay más que el deleite de ser Lawrence, decir, oh, ese deleite!

Y con el melodrama esfumar cualquier proposición seria.

Comentarios

Entradas populares